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General Felipe Ángeles No Murió en Combate, lo Impidieron y Silenciaron Sombras, que como Hoy, Amenazaban la Libertad y Soberanía Nacional: afirman Legisladores del PRI y Familia del Prócer Revolucionario

Por José de Jesús Marín / Colaborador Especial

*»La política no es un fin; la Revolución no es un fin: son medios para hacer hombres a los hombres.» General Felipe Ángeles, citaron durante la presentación de la reedición de la biografía del destacado estratega militar: GENERAL FELIPE ÁNGELES, SU GLORIFICACIÓN*Para comprender plenamente este excelente libro, es esencial conocer parte de la vida de un patriota, resaltaron

Global Press Mx / 

Felipe Ángeles Ramírez (1868-1919) fue un general y estratega militar destacado durante la Revolución Mexicana. Su participación en diversas batallas fue crucial para el desarrollo y desenlace de la revolución.

La habilidad táctica y el liderazgo de Felipe Ángeles fueron determinantes en múltiples enfrentamientos, dejando una huella imborrable en la historia militar de México.

El libro General Felipe Ángeles, su glorificación es una primera reimpresión o segunda edición, como lo señala el diputado Rubén Moreira Valdez, uno de los tres autores de la obra.

«El texto es un necesario rescate de esta joya publicada en 1944, en la cual se da cuenta del traslado de los restos mortales de Ángeles a su estado natal», afirmó el también coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados.

En su discurso mencionó que el lector seguramente se llenará de emoción al conocer el esfuerzo de familiares, amigos, compañeros de armas y autoridades para lograr que el distinguido hijo de Hidalgo descansara en la tierra que lo vio nacer.

Esa emoción la sentimos todos los asistentes a la presentación de la obra en la insigne Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El acto fue tutelado por su presidenta, la maestra Elizabeth Rembis Rubio, en el año en que se celebra el Primer Centenario de tan ilustre y noble cofradía.

En este libro se describe cómo se saldó -continúa Moreira— «la deuda histórica de México con aquel hombre de armas que entregó su vida por el país». También menciona que conoce el expediente del juicio que concluyó con la sentencia de muerte del prócer y rescata las palabras del sentenciado a su abogado defensor:

«Bueno, quiero que vaya a México y le diga al señor Carranza… ¡pero dígaselo, licenciado! Dígale que no le perdono el crimen que ha cometido conmigo. Que no lo siento por mí, sino por mi mujer y mis hijos, que por su capricho van a quedar una viuda y unos huérfanos desamparados. Pero dígale: ¡que es el deseo de un muerto! Que al que a hierro mata, a hierro muere.».

Y cita el libro: «Venustiano Carranza murió meses después, traicionado durante la Rebelión de Agua Prieta. Cuando intentó huir hacia Veracruz, fue traicionado por fuerzas locales en Tlaxcalantongo, Puebla. En la madrugada del 21 de mayo de 1920, mientras dormía en una cabaña, lo emboscaron y asesinaron los  soldados bajo el mando del general Rodolfo Herrero. Aunque oficialmente se dijo que murió en combate, evidencias sugieren que fue ejecutado a sangre fría».

En la obra cumbre de Jesús Sotelo Inclán, «Raíz y razón de Zapata», semejante a la presentada y que es toda una investigación histórica «y, me atrevo a decir, periodística, se relatan las vicisitudes que tuvo que superar para ganar la confianza de los de Anenecuilco. Finalmente, le presentaron en un jacalito de carrizo a «un hombre secreto», quien, con gran sigilo, le mostró una caja de hoja de lata de la que sacó papeles viejos», acotó.

«Me los encargó ‘Miliano antes de irse. Por estos hizo la guerra a Díaz y peleó contra Madero, Huerta y Carranza», dijo franco. «Fuimos a luchar en la Revolución y solo hasta después de que él murió nos hicieron caso. ¡Pobrecito! A él no le tocó ver el resultado de lo que tanto peleó», es decir, el reparto de tierras y la liquidación de los latifundios esclavistas.

Por eso también ofrendó su vida Felipe Ángeles, al lado del otro mártir: su jefe, Francisco «Pancho» Villa.

Otro de los autores de la obra, Marco Antonio Mendoza Bustamante, en frase lapidaria, afirma: «Felipe Ángeles, gran estratega, genio militar, hombre preparado, fiero combatiente, íntegro, idealista y valiente… No murió en combate porque las sombras que amenazaban la libertad y nuestros derechos decidieron silenciarlo, de la misma manera que cien años antes silenciaron al Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo.»

«Las acciones de los mártires fecundan las buenas causas; así, la Fundación General Felipe Ángeles se compromete a preservar la memoria, vida y valores del general para que las nuevas generaciones crezcan en un ambiente de amor, armonía y respeto, y logren desarrollarse», concluyó César C. Ángeles, presidente de la Fundación General Felipe Ángeles, A. C.

Así fue esta etapa cruenta de la Revolución Mexicana, llena de ideales, de hechos heroicos y, por desgracia, de traiciones a la causa que la engendró, de venganzas y de asesinatos. Pero también dejó un legado de mártires de grandeza como Ángeles, Villa y Emiliano Zapata, concluyo

Gracias a la intervención del presidente Manuel Ávila Camacho, se logró trasladar los restos del general Felipe Ángeles a Hidalgo. También participaron organizaciones populares y campesinas. En el libro se narra cómo los restos del general fueron llevados a su estado natal, donde recibieron un homenaje por parte de las autoridades federales dos décadas después de su deceso. Ahora, el general Felipe Ángeles descansa en paz en su tierra.

Por cierto, la nueva base aérea de la Ciudad de México fue designada como Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).