Hasta siempre, Andrés Manuel
Por Héctor Ramos
*Decía Platón: “Nadie es más odiado que aquel que habla con la verdad”, ese fue Andrés, un hombre que pese a sus críticos siempre gobernó con mucha pasión y ha luchado por los principios y valores, pero sobre todo por los más necesitados
Global Press Mx / Después de Lázaro Cárdenas es el presidente que más amor le ha profesado al pueblo y el único que logró sacar de la pobreza a casi cinco millones de personas al pasar, del 46.9 al 36.3 de población en situación de indigencia, de acuerdo con cifras del CONEVAL al hacer un balance de los seis años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Tuve la fortuna de conocerlo cuando llegó a ser el dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática en 1996; yo incursionaba por primera vez como Comunicador Social en la sede del PRD en el Distrito Federal. Recuerdo precisamente que un colega periodista de entonces me dijo: “te fuiste al partido equivocado”.
El tiempo me dio la razón, nunca estuve equivocado, un año más tarde, en el 97, el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ganó la elección para jefe de Gobierno del Distrito Federal, elección en la que participé con mi pequeño equipo de prensa de tres personas, para hacer las versiones estenográficas de los mensajes, entrevistas y elaboración de boletines del candidato para el apoyo de la fuente que cubría las actividades proselitistas. Desde entonces, hasta la última elección de junio de 2024, la jefatura de gobierno de la hoy Ciudad de México la ha mantenido la izquierda, ahora con Morena y Clara Brugada.
Después del Ingeniero Cárdenas, siguió Andrés Manuel con el encargo, donde inicio una nueva forma de comunicar al frente del gobierno local: las mañaneras. Su actividad iniciaba igual que la que mantuvo al frente de la presidencia, a las seis de la mañana recibía a los medios de comunicación y luego la reunión de gabinete donde terminé de conocerlo: sereno, rígido, pensante y muy inteligente.
Se que hay una parte de la población a la que le cuesta trabajo creer que no establece relaciones de complicidad con nadie, pero yo sí le creo, porque lo vi trabajar de cerca: en alguna ocasión, por citar solo una, alguien le comentó en la reunión de gabinete, donde solo entrabamos cerca de 20 personas, a veces más, a veces menos, que lo estaba buscando la maestra Elba Esther Gordillo, (se acercaba las fechas para la elección presidencial del 2006); Andrés Manuel de inmediato lo paró en seco: “No la voy a recibir, si tú la quieres recibir adelante”, atajó.
Ese es Andrés, el político que, para llegar a ser presidente de la República, tuvo que hacer campaña en contra de todo y contra todos, incluyendo a los medios de comunicación que nunca le ayudaron. Todavía siendo presidente, cargo que culmina el 30 de septiembre próximo, sigue siendo banco de ataques y campañas de desprestigio por parte de la prensa y los poderes fácticos.
Nunca entendieron que no entendieron, al contrario, lo fortalecieron, al grado de que hoy va a ser difícil tener en poco lapso a un líder social y político, movedor de masas como Andrés Manuel López Obrador; no lo veo, no lo hay.
Él es el representante de lucha de muchas décadas; un dirigente nato surgido del proceso electoral del 88 que fue acrecentando su popularidad e imagen cuando en 1994 un fraude la impide ser gobernador de su natal Tabasco; pero también con el 2006 víctima de otro gran fraude electoral y luego en la elección del 2012, donde los gastos autorizados rebasaron por mucho los topes de campaña de Peña Nieto pero que la autoridad electoral, el IFE, no lo vio, hasta que en 2018 la población dijo basta y con el voto masivo le otorgó la presidencia de México.
Andrés cumplió al derrotar a un régimen de más de 80 años que estableció la corrupción como parte de la cultura del mexicano. Años de lucha que culminan como uno de los hombres más queridos por el pueblo, pese a la rabia que les hizo pasar a los más conservadores de este país. Decía Platón: “Nadie es más odiado que aquel que habla con la verdad”, ese fue Andrés, un hombre que pese a sus críticos siempre gobernó con mucha pasión y ha luchado por los principios y valores, pero sobre todo por los más necesitados.
Hasta siempre, Andrés Manuel.
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