Redacción y Agencias
*La justicia de la Unión Americana lo acusó por conspirar con narcotraficantes de la región y de México, de haber creado un narcoestado y de convertir a Honduras en una “súper autopista” por la que pasaba buena parte de la droga procedente de Colombia*“Me acusaron y condenaron injusta e incorrectamente”, afirmó quien de 2014 a 2022 dirigió los destinos aquella nación
Global Press Mx / Tres meses y medio después de ser declarado culpable de tráfico de drogas y armas, el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, conoció por fin su condena este miércoles. La justicia estadounidense le dictó 45 años de prisión por conspirar con narcotraficantes, por lo que el político, de 55 años, podría estar tras las rejas por el resto de su vida.
El pasado 8 de marzo un jurado popular declaró culpable a Hernández por tres cargos de tráfico de drogas y de armas, que le pueden suponer una condena perpetua, como otros inculpados en la misma causa, entre ellos su hermano Tony Hernández o el colaborador cercano de este Geovanny Fuentes.
Sin cámaras de televisión, desde una sala del tribunal federal de EU, ubicado en la isla de Saipán, la más grande del Estado libre asociado insular estadounidense de las Islas Marianas del Norte en el océano Pacífico, se realizó la declaración de culpabilidad.
La defensa, en un intento de evitar la condena perpetua, alegó en los argumentos de sentencia enviados al juez el pasado viernes 21 de junio que la condena mínima que prevé la ley -10 años por el cargo de narcotráfico y 30 por el de armas- “satisfará los objetivos de la sentencia” y pidió que el juez no le impusiera “una pena adicional”.
Sin embargo, esa sentencia mínima dejaría prácticamente al expresidente el resto de su vida entre rejas en una cárcel de máxima seguridad en EU; el ex presidente Hernández “apelará su condena por todos los medios legales”, asegura la defensa.
En la misma causa, están coacusados el exjefe de la policía hondureña Juan Carlos Bonilla, conocido como “El Tigre”, y el policía Mauricio Hernández Pineda, que se declararon culpables de narcotráfico, evitando sentarse en el banquillo de la justicia con el exmandatario.
“Soy inocente, no culpable” clamó por su parte Hernández en otro documento de 159 páginas enviado al juez Castel la semana pasada en el que desgrana las leyes que promovió y su colaboración con el gobierno estadounidense para acabar con el crimen organizado y la violencia de las pandillas que se cobraron la vida de casi 88.000 personas, convirtiendo a Honduras en uno de los países más peligrosos del mundo.
La investigación y el juicio contra él está “lleno de errores e injusticias”, lamentó en la misiva en la cual acusa tanto a las autoridades que le precedieron como a los agentes de la DEA por“no hacer lo que debían haber hecho” para enfrentar la violencia del crimen organizado.
De igual forma, reiteró que su gobierno “colaboró y coordinó” la lucha contra el narcotráfico con diferentes instituciones y agencias del gobierno estadounidense y fue recibido en la Casa Blanca por los presidentes de turno.
Las evidencias incriminatorias destacan que desde sus cargos como diputado, presidente del Congreso y luego presidente de la República, Hernández participó y protegió a una red que envió más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
A cambio, habría recibido millones de dólares de los cárteles de la droga, entre ellos del narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua en EU.
Extraditado en abril de 2022, tres meses después de entregar la presidencia a su sucesora, la izquierdista Xiomara Castro, Hernández habría expresado en sus círculos cercanos que “le vamos a meter la droga a los gringos en sus narices y no se van a dar ni cuenta”, lo que fue uno de los testimonios recopilados en el proceso penal.