Dr. Julián Güitrón* / Colaboración Especial
Global Press Mx / Respuestas sobran. Argumentos de uno y otro bandos tienen su proyección y para los que los expresan su validez. Para nosotros, en respuesta al título supracitado, quemar los libros no soluciona nada. Más bien agrava la situación ante la inminencia de la iniciación de los cursos de primaria, secundaria, educación media superior y superior para el próximo 28 de agosto, donde deben estar repartidos ya los 30 millones de libros de texto gratuitos. Quemar los libros como se pretende, convocando a los mexicanos el 10 de septiembre del presente año al Zócalo de la Ciudad de México, desde nuestra perspectiva crea caos y confusión; y qué decir y quién protege el interés superior de los menores, a los que metafóricamente o hiperbólicamente se dice que se les pretende proteger.
La lección para hablar de educación impuesta a los niños, las niñas, los adolescentes y jóvenes de este país, nos permite afirmar categóricamente que esto es una reacción fundada en la ignorancia crasa, en la estulticia, en la enciclopédica, en el oscurantismo y la agresión sin razón y sin sentido, no contra los niños ni otras personas sino contra las ideas, debemos ver, analizar, leer, los textos, la información que proporcionan, sus ilustraciones y los contenidos, con el conocimiento de causa, poder opinar, y en última instancia estemos o no de acuerdo, es un acto reprobable y sin nombre quemar los libros de texto gratuitos.
¿Cómo se pueden formar los niños, las niñas, los adolescentes de este país? Diríamos nosotros con la información que da el gobierno actual o con las diatribas, ataques y consecuencias que culminarán con la quema de libros para los niños.
Se ha sembrado la semilla de la discordia, la inconformidad, y ha generado conflictos graves, que se han provocado entre los padres y madres de familia, porque unos están de acuerdo y otros no, pero lo primero dentro de nuestra perspectiva es conocer, leer, analizar, el contenido de los libros editados.
Se justifique o no lo que cada bando sostiene, es importante, y así ha dado muestras de esta actitud el señor Ministro de la Suprema Corte de Justicia la Nación, Luis María Aguilar Morales, quien fue Presidente, es Ministro en activo y actualmente Decano del Órgano Constitucional Superior, en que no para condenar, no para incendiar los libros, sino porque vivimos en un régimen de derecho, ha concedido y con toda razón desde nuestra perspectiva, recibir un amparo, estudiar la situación, realizar un proyecto y someterlo a consideración de sus pares para llegar a una respuesta definitiva.
Debe manejarse esta crisis con inteligencia y mesura, sobre todo porque este caso será el antecedente y el gran ejemplo de aprendizaje para las niñas, los niños, los adolescentes, los jóvenes de México y por supuesto para nosotros sus padres, sus abuelos, los responsables de las cuestiones familiares; además considerar por el antecedente cómo deberán manejarse en el futuro próximo situaciones semejante a ésta, para no caer en la crisis de que estamos a días de iniciar el año escolar y todavía se discute si se entregan o no los libros.
Debemos respaldarlos y fundarnos en la ley. Verbigracia, el caso del gobierno estatal de Chihuahua, que ha recurrido a un amparo para detener la entrega de estas obras en su entidad, y a su vez han asumido el compromiso, lo que consideramos casi imposible, de que ellos impriman sus propios libros para cumplir a tiempo, esto sería una paradoja para el regreso a clases.
Rescatar el estado de derecho, acudir al Máximo Órgano Jurisdiccional y resolver la controversia, es lo más importante y desde nuestro punto de vista es fundamental apoyarse en el Derecho, a través de sus recursos legales, es el más sano y el de más efectividad recurso para resolver estos graves problemas.
Es importante suprimir la presión inmediata, dar tiempo y espacio para encontrar soluciones que favorezcan a todos los sectores involucrados y sobre todo lograr los fines deseados con la educación de nuestros hijos, hijas, menores, sin tener que llegar a medidas extremas como la que enunciamos anteriormente, la quema de libros, que desde nuestra perspectiva denota un miedo desquiciado e irracional, en la que el sentido común y la inteligencia no tienen cabida.
Quemar libros ha sido una reacción recurrente en la historia universal. Rechazar públicamente, de la manera más despreciable e ignominiosa, el conocimiento, las ideologías, la creatividad expresiva, los principios personales y sociales con la filosofía, la religión y todas las reflexiones e ideas que impliquen una novedad o diferencia con nuestras tradiciones, educación y costumbres, que se consideran un peligro, puede ocasionar, un cambio o una apertura con consecuencias impredecibles en las formas y las maneras de pensar y de vivir, sobre todo de nuestros hijos e hijas menores de edad.
Esto que ocurrirá en México el 10 de septiembre tiene algunos antecedentes, incluso extraordinarios, como fue en Alejandría, cuando se realizó una quema que duró tres meses y acabaron con el máximo símbolo cultural y custodio del conocimiento humano de aquella época. Son pérdidas irreparables.
En la época del renacimiento, en Florencia, Girolamo Savonarola , monje de esa época, convocó a los florentinos a lo que se llamó o se conoce en la historia como la Pira de las Vanidades y donde los convenció de quemar, además de los libros, todo lo que fuera contrario a la doctrina cristiana, y para terminar, como olvidar que en la Segunda Guerra Mundial Hitler ordenó quemar todos los libros que eran razonadamente opuestos a sus ideales o escritos contra los judíos, donde participó la sociedad y él fue líder.
CONCLUSIONES
Primera: Quemar los libros de texto gratuitos es un atentado contra las familias mexicanas y sus miembros, sobre todos sus hijos e hijas.
Segunda: Rescatar el estado de derecho con la participación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el mejor camino para llegar a una solución, que de ninguna manera nos llevaría a la quema de los libros, que contienen los nuevos saberes y sobre todo la forma en que en el siglo XXI tiene que darse la educación.
Tercera: Los ejemplos que hemos citado son ilustrativos para reiterar que será un crimen de lesa humanidad, grave e imperdonable, que el 10 de septiembre del 2023 en el Zócalo de la Ciudad de México, se convoque y se realice la quema de los libros de texto gratuitos de los niños, de las niñas y de los adolescentes.
*Profesor de Carrera, con 56 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.