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La agenda política  de la elección en EUA

Por Ricardo Monreal Avila

*El aún coordinador parlamentario de Morena en el Senado, puntualizó que los republicanos se muestran como duros y rudos; “hablan de sellar la frontera con el muro más largo y alto jamás construido en la historia de la humanidad, y de declarar terroristas a las organizaciones de narcotraficantes, para poder invadir México con solo un aviso fast track al Congreso”

Global Press Mx / En México, amén de las instituciones en que recae la responsabilidad de dar certeza a los comicios, la avasalladora mayoría de votantes que participaron en la fiesta cívica más importante de la que se tenga memoria pudo sentar las bases de la legitimidad del segundo piso de la Cuarta Transformación.

No hubo polarización ni exabruptos mayores que comprometieran los resultados electorales del pasado 2 de junio, lo que significa la continuidad con cambio; la continuidad de los principios, las reformas y las obras estratégicas de la 4T, además del fin de anquilosadas y antiguas prácticas, como la del parricidio político.

Sin embargo, en el contexto electoral estadounidense, las tensiones están a la orden del día, con un escenario altamente politizado y polarizado, con resultados de pronóstico reservado. Por ello, revisten importancia específica los temas en la agenda política de los contendientes demócrata y republicano, entre los cuales destacan los siguientes:

1.- Economía y empleo.

Se abordan las cuestiones relacionadas con el crecimiento económico y el PIB; las tasas de creación de empleo y desempleo; el aumento salarial y la desigualdad de ingresos; las políticas comerciales y los acuerdos económicos internacionales; la reforma fiscal o tributaria; la inflación y el costo de vida, así como lo relacionado con la deuda pública y el gasto deficitario.

2.- Inmigración.

El énfasis está en la seguridad fronteriza y la aplicación de la ley; procedimientos o trámites para regularizar la condición migratoria de las personas indocumentadas; políticas relacionadas con el refugio o asilo; programas de visas para las y los trabajadores calificados; políticas de reagrupación familiar, y evaluación de impactos de la inmigración en la economía y los servicios sociales.

3.- Cuestiones sociales.

Se incluyen los derechos y restricciones al aborto; los derechos y garantías de protección de la comunidad LGBTTTIQA+; las regulaciones en materia de libertad religiosa; las políticas de equidad racial y antidiscriminación; la igualdad de género y la brecha salarial, así como las acciones afirmativas relacionadas con la educación y el empleo.

4.- Control de armas.

Un tópico que continuamente genera revuelo y que implica los derechos e interpretación de la Segunda Enmienda; la pertinencia de exigir la verificación de antecedentes; las prohibiciones de armas de asalto; las leyes de bandera roja —también conocidas como órdenes de protección contra riesgos extremos (ERPO) u órdenes de restricción de violencia armada (GVRO)—; los programas de prevención de la violencia armada, y las consideraciones de salud mental en la posesión de armas.

5.- Política exterior y seguridad nacional.

Acaso el tema que despierta mayor interés entre los contendientes a ocupar la Casa Blanca y sus seguidores. Incluye las alianzas y tratados internacionales; el acercamiento a las principales potencias globales (China, Rusia); la política en Oriente Medio y conflictos en curso; las estrategias de terrorismo y contraterrorismo; la ciberseguridad e interferencia electoral; el gasto militar y la modernización de las estructuras de seguridad ante la proliferación nuclear, y el control de armas.

Respecto de esto último, el tema del “narco mexicano” constituye, junto con la migración y el Fentanilo, el principal telón de fondo de la próxima elección presidencial de nuestros vecinos del norte.

Ni Oriente Medio, Ucrania o China; ni Hamás, Hezbolá o Irán. Ninguno de estos actores, países y conflictos -que realmente podrían desatar hasta una conflagración mundial- ocupan un lugar más preeminente en la agenda electoral de lo que se define en noviembre próximo en Estados Unidos.

Los temas que ocupan los principales reflectores de la agenda electoral (electorera, realmente) de esta temporada son “México”, “los cárteles del Fentanilo” y los “narco políticos”.

Así lo decidieron los estrategas de campaña de ambos partidos y candidatos. La única diferencia es la táctica que utilizan. Mientras que los republicanos nos toman como la piñata de su patio trasero y anuncian la paliza que nos van a propinar, los demócratas nos toman de tablero de ajedrez geopolítico y mueven sus piezas sin siquiera informar cómo lo hicieron.

La situación no se debe soslayar ni minimizar. En más de dos siglos de relaciones diplomáticas bilaterales, y después de la pérdida de casi la mitad de nuestro territorio nacional en 1848, no es una exageración afirmar que estamos ante una amenaza inminente por la “guerra del Fentanilo” y su uso político-electoral.

Republicanos y demócratas se están confrontando para demostrar cómo resolverán la amenaza a la seguridad nacional que representa la frontera con México.

Los republicanos se muestran como duros y rudos; hablan de sellar la frontera con el muro más largo y alto jamás construido en la historia de la humanidad, y de declarar “terroristas” a las organizaciones de narcotraficantes, para poder invadir México con solo un aviso fast track al Congreso.

Los demócratas, por su parte, se muestran como más eficaces y diligentes, pues sin disparar un solo tiro, sin movilizar un solo soldado y sin gastar un solo dólar del presupuesto, tienen ya en la cárcel al capo por el que se ha ofrecido la recompensa más grande en la historia criminal de la Unión Americana. Su mensaje al electorado es muy claro: para atrapar a los traficantes de Fentanilo no se requiere movilizar a los artillados Marines, sino a los cops de inteligencia.

Vienen los meses más rudos de la campaña y, por tanto, los más duros para la relación bilateral. Ismael Zambada podrá ser usado como un histrión por los republicanos o como un alfil por los demócratas; todo lo que salga de su juicio o de su defensa habrá que tomarlo como lo que es: una estrategia para avanzar en lo electoral (los demócratas) y un medio para obtener una condena reducida u otros beneficios (la defensa).

Ya vimos que, desde el primer comunicado, el Mayo mintió: ni el gobernador de Sinaloa estaba en Sinaloa ni el diputado electo Cuén Ojeda fue asesinado en el lugar de la supuesta reunión. Pero, como sucede en cualquier guerra política, en la del Fentanilo, la desinformación y la Infodemia son armas centrales.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

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